El porno amateur y el arte

El porno amateur es esencialmente distinto del porno industrial. Por momentos, el porno amateur logra inquietar, perturbar, revelar cuestiones profundas. En el porno amateur, al igual que en el arte, hay drama. Quizás por eso tiene tanto éxito.

Un solo ejemplo. Una partuza. En un video porno industrial, diez personas cogen, todos contra todos, cubriendo el abanico de agujeros posibles. En un video amateur, dos personas están cogiendo en un living. Una persona enciende la cámara de su celular y empieza a filmarlas. Los que cogen miran alternativamente a la cámara y a otro lugar, a donde enseguida gira la cámara, que ahora muestra a otras ocho personas, algunas riéndose, señalando, gritando y festejando, otras simplemente sonrientes, atentas, con un vaso de whisky, y un poco más lejos, un chico solo, callado, incómodo… Ahí ya hay un drama. Hay una historia, una espesura psicológica, motivaciones, deseos, inhibiciones. ¿No es un poco de eso que trata el arte?


Comentarios

Una respuesta a «El porno amateur y el arte»

  1. Avatar de Yamandú Cuevas
    Yamandú Cuevas

    Si. Pero de otras formas.

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