Hay algo del pensamiento de izquierda que me confunde. Es que noto que hay dos clases de pensamiento de izquierda. Por un lado, leo muchas veces en Página/12 a economistas como Zaiat que hablan de que lo mejor para un país como Argentina es estimular el consumo interno, cosa que va a reducir el desempleo, impulsar la producción nacional y el crecimiento económico y, por ende, aumentar la recaudación fiscal, lo cual permitirá que un gobierno desarrollista pueda implementar medidas sociales.
Por otro lado, veo documentales como este (que obviamente también son de izquierda) que hablan de que uno de los problemas fundamentales de nuestra sociedad es que estimula absurdamente la extracción salvaje de recursos, el consumo alocado y la producción de desechos. Este pensamiento llama a un consumo más responsable y moderado, que hará de nuestro mundo un lugar sustentable, pero que, desde la perspectiva de los economistas anteriores, haría seguramente que se detenga el crecimiento económico, que suba el desempleo y que, por lo tanto, haya más pobres e indigentes y miseria.
Es decir que, por lo poco que entiendo del tema, ser de izquierda hoy es una encrucijada sin solución. Si queremos eliminar la pobreza, no hay, bajo el sistema de producción actual, ninguna opción más que estimular urgentemente el consumo. Y si queremos tener un mundo habitable, donde no haya desplazados ambientales (que son siempre los más pobres) ni catástrofes ecológicas, es necesario reducir urgentemente el consumo.
Entonces me pregunto: ¿Debo alegrarme cuando Zaiat muestra y analiza los datos de crecimiento económico, e incluso brinda ideas para que haya todavía más y más crecimiento? ¿Debo pensar que eso va a solucionar los problemas de la gente? ¿O debo pensar que todo ese discurso es una gran mierda y que acá, con los recursos actuales y la producción actual, sin crecimiento económico y con una distribución justa (pero justa en serio), esto se soluciona?
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